La Argentina Manuscrita

Capítulo X

Cómo vino a la , y como se quemó una carabela que se había de despachar a Castilla

Estando en este estado las cosas de estas provincias, acordó el Gobernador , de enviar a llamar de la provincia de al su hermano, para que acabada una carabela, que se estaba haciendo en aquel puerto para despachar a Su Majestad, fuese en ella a darle cuenta de su elección y de lo demás que en la tierra se ofrecía. Y en esta conformidad, el año siguiente de 1563 llegó a la con toda su casa, mujer e hijos; el cual solicitaba de su parte la fábrica de la carabela, que era una de las mejores que en aquella se habían hecho; y puesta a pique para echarla al agua, trató el Gobernador de quien podría acudir al gobierno de la provincia de , y fue acordado despachar al capitán , para cuyo cumplimiento se aprestó luego. Y el mismo año salió de esta ciudad y llegó a la de , donde recibido de los vecinos con mucho aplauso y contento, dio orden para acabar de pacificar las alteraciones pasadas que aún no estaban del todo allanadas; y por el consiguiente los pueblos de naturales de la jurisdicción de la tornaban a remover la guerra con nuevos bullicios, dejando sus pueblos y retirando sus mujeres e hijos a partes ásperas y montuosas. Para cuyo remedio salió el Gobernador con 250 soldados, y muchos caballos y amigos, junto con los indios Guaycurús, gente guerrera y enemiga de la , que habitan de la otra parte de la ciudad pasado el río, y se sustentan de solo caza y pesca sin otra labor ni sementera. Y puestos todos en campaña mandó, que el capitán con una compañía de soldados, por la parte más abajo al Mediodía, y el norteando por el distrito de arriba, se fuesen, y el Gobernador con todo el resto, por el medio, derecho a Levante; y discurriendo por la tierra, se viniesen a juntar en el río del , donde so asentase la guerra, haciendo los acometimientos y jornadas convenientes. En cuya orden se continuó la guerra, con efecto de algunas facciones importantes, aunque costosas a ambas partes; y quedando de aquella vez muy consumidos los naturales en gran cantidad, y siendo constreñidos con este rigor, fueron recibidos al servicio de Su Majestad. Con lo que el Gobernador se volvió a la con su campo, al mismo tiempo que el capitán , y don , su cuñado, con otros muchos soldados del , bajaban de Santa Cruz de la Sierra, que, como ya se dijo, la tenía a su cargo por el marqués de

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La Argentina Manuscrita. ISSN 1668-0001. https://n2t.net/ark:/69774/rgm2020. CC BY 4.0