Cómo en este tiempo sacaron preso a la Real Audiencia a , Gobernador del
Aunque parezca apartarme fuera del propósito de mi historia, desviándome del hilo de las cosas que tocan al , no he querido pasar en silencio lo que sucedió a en la gobernación de , que como tengo dicho me es fuerza tocar algunas cosas de aquella tierra, según en esta historia he comenzado. El cual gobernando aquella provincia en nombre de Su Majestad por el Conde de Nieva, virrey del , mandó hacer la población de San Miguel del Tucumán, cometiéndola a Diego de Villarroel su sobrino, y el año de 1564 hizo esta fundación, que dista de 25 leguas, en comarca de 4 a 5 mil indios, parte de los cuales reconocieron en tiempos pasados y, por rey al Inga del , que son los Serranos: los demás tienen algunos caciques a quienes respetan. Está en altura de 28 grados, y así tiene buen temperamento, siendo tierra de muchos bosques y arboledas muy crecidas, y pastos convenientes para todo género de ganados. Pasa por este pueblo un pequeño río, que de este y de otros doce, se viene a formar el de , que comúnmente llaman el . Después de concluida esta población con buen suceso, determinó hacer una jornada a la provincia de los Comenchingones, que es hoy la de ; y habiendo salido con buen orden golpe de gente española y amigos, la hizo visitando los pueblos de aquel camino, tomando noticia y lengua que a la parte del S. E. había un término muy poblado de indios muy ricos, según y como a Diego de Rojas le informaron cuando descubrió esta provincia. Y después de algunos sucesos por desavenirse la gente que llevaba, dio vuelta para Santiago, y llegando a 40 leguas de ella, al puesto que llaman los altos de , le prendieron una noche en el año de 1566, siendo cabeza de este motín Diego de Heredia y Versocana, so color de un mandamiento eclesiástico que tenía del vicario de aquella ciudad. Donde llegando con él, bien aprisionado; usurparon la jurisdicción real, y de su propia autoridad administraron él y sus confidentes la real justicia, tomando en sí el gobierno. Prendieron a todas las personas sospechosas que podían apellidar la voz real, no solo en esta ciudad, sino en la de , exceptuando el capitán Gaspar de Medina, lugar teniente del Gobernador, que por ventura se les escapó, valiéndose de la ciudad, y metiéndose en una sierra que llaman de Concho, distante del 12 leguas. Con lo cual quedaron los tiranos apoderados