que, favorecidos de Nuestro Señor, los españoles cerraron con los indios y los rompieron. Y entrando en el pueblo, le pusieron fuego; y en el alcance pasaron a cuchillo todo cuanto topaban, sin perdonar a sexo ni condición, haciendo en ellos el más rigoroso castigo que se ha visto en las Indias; que en alguna manera fue exceso de crueldad, pues pagaban tantos inocentes lo que debían los culpados: con lo que se atajó el paso en alguna manera a tanta malicia. Y hecho lo más que convino, dio la vuelta a la ciudad de , donde luego que llegó, el cabildo y toda la demás gente le nombraron por su Capitán y Justicia mayor en nombre de Su Majestad, y como a tal le recibieron al uso y ejercicio de su oficio, en el ínterin que otra cosa fuese proveída por la real audiencia y virrey de aquel reino. Y dando cuenta, como debían, de lo sucedido a quien tocaba, fue aprobado , en cuya virtud aprendió la gobernación de aquella tierra. Hasta que andando el tiempo, don Francisco de Toledo, que por orden de Su Majestad fue proveído por virrey del , envió por gobernador de esta provincia de , al capitán Juan Pérez de Curita, persona principal y que había servido a Su Majestad en cargos preeminentes, y halládose en la conquista del reina de Chile, y administrado el gobierno del . Y con su entrada resultaron las revoluciones y tumultos que en su lugar diremos, junto con la muerte de , por decir en este capítulo de la jornada de y el Obispo, hasta llegar a la . Los cuales, en el ínterin que sucedió la muerte de , estaban detenidos en cierto paraje donde habían concertado el juntarse ambas armadas, y aguardando la correspondencia de , no se movían de aquel puesto. Y confusos de su tardanza, por no saber de él nueva alguna, una tarde se pusieron dos indios sobre un cerro que estaba cerca del cuartel, y advirtieron que daban voces y hacían señal a los españoles, con unos ramos, y lo que decían, según lo que se pudo oír, fueron estas palabras: "Españoles, no aguardéis a , porque ya es muerto, y acabados sus días, y nosotros no pretendemos haceros a vosotros mal ninguno, y así seguid vuestro camino en paz, y no os juntéis con la gente de , porque no os ha de ir bien". Entendidas las razones de los indios, se determinó fuesen dos soldados a tomar lengua de lo que había, y saber de . Y así fueron dos mancebos de la tierra a pie con sus armas, y caminando fuera de camino encontraron ciertos indios, de quienes se informaron de lo que pasaba: con lo que volvieron al campo, y dieron cuenta de lo que les había sucedido.