de los españoles, arrojaran su yugo y se unieran al pueblo de ese valle, que por medio de esas adiciones se convirtió en algo formidable. Allí también huían los esclavos del , particularmente aquellos que sirven en las minas, cuando se les presentaba oportunidad de fugarse; y el escondrijo seguro que encuentran allí lleva a gran número de ellos a ese lugar, hasta tal punto que los españoles no tendrían ni la mitad de los hombres necesarios para trabajar las minas si no consiguieran del Congo, Angola y otros puntos de la costa de Guinea por medio de varios genoveses que van hasta allá a buscarlos y se los venden a un precio convenido entre ellos.
Desde Jujuy a se cuentan cien leguas; el viaje es muy molesto y no hay sino este camino para ir desde Tucumán al . A dos leguas de Jujuy comencé a internarme en las montañas, entre las cuales hay un pequeño y estrecho valle, que llega hasta Humahuaca, que está veinte leguas más lejos, y a lo largo de él corre un riacho, que uno se ve obligado a pasar y repasar con frecuencia. Antes de haber avanzado cuatro leguas por este camino, se encuentran volcanes o montañas ardientes,