Relación de un viaje al Río de la Plata

y de allí por tierra al Perú con observaciones sobre los habitantes, sean indios o españoles, las ciudades, el comercio, la fertilidad y las riquezas de esta parte de América

llenas de substancias sulfurosas, que estallan en llamaradas de cuando en cuando y a veces revientan y arrojan cantidades de tierra al valle, lo cual hace el camino tan barroso cuando cae una lluvia poco después, como sucede casi siempre, que a veces uno se siente forzado a quedarse cinco o seis meses o hasta que llegue el verano a secarlo, para hacerlo transitable. Estos volcanes continúan durante dos leguas a lo largo del camino y en toda la extensión no hay casas ni de españoles ni de salvajes, pero más allá, a todo lo largo hasta Humahuaca, hay muchísimas casitas de campo, habitadas solo por y dependientes de algunas ciudades de ellos, las cuales están gobernadas por sus jefes, a los que llaman , quienes a su vez tienen un sobre ellos, cuyas órdenes obedecen y cuya residencia está en Humahuaca, la cual es una población de doscientas casas, construidas de tierra y diseminadas sin orden. La tierra de los contornos no es de las mejores; sin embargo allí siembran trigo y gran cantidad de mijo, el cual utilizan ordinariamente los . En cuanto a ganado, tienen muy poco, y generalmente comen carne secada al sol, que les traen aquellos que comercian con ellos; tienen también cabras y

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  • 2024 Relación de un viaje al Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0