la ayuda del , que es el único que reina en este mar; sin embargo nunca lo hacen en menos de un mes, porque con este retraso el comandante del galeón hace un gran negocio, proveyendo de naipes a aquellos que quieren jugar a bordo durante la travesía; ganancia que se eleva a una suma considerable, tanto porque el tributo que recibe es de diez patacones por cada baraja de naipes, y porque es prodigiosa la cantidad de ellas que se consumen, ya que están jugando continuamente; y apenas hay alguien a bordo que no esté interesado en grandes sumas. Cuando los galeones llegan a Panamá, en el continente, desembarcan su carga y esperan la llegada de los que vienen de España, para recibir noticias, ya que comúnmente poco más o menos al mismo tiempo, o un poco después, llegan a Portobello, que está a dieciocho leguas en el mar del norte. Mientras tanto llevan hacia allá parte del oro, plata y otras mercaderías de esta flota que están consignadas a Europa, a lomo de mula, por tierra, y otra parte por agua por el río de Chiagre, en botes hechos de un trozo entero de madera, llamados piraguas. Pocos días más tarde son descargados, y después que han llegado los galeones que venían de España,
Relación de un viaje al Río de la Plata
y de allí por tierra al Perú con observaciones sobre los habitantes, sean indios o españoles, las ciudades, el comercio, la fertilidad y las riquezas de esta parte de América