de cambiar el acostumbrado camino de llevar las mercaderías, que eran enviadas por el y traídas por vía de los galeones; les aconsejaba que se estableciera en el , desde entonces, el acarreo por tierra al , lo que se realizaría mucho más convenientemente y a un costo menor, y con menos riesgos que por cualquier otra ruta. Pero de todas estas propuestas, el Consejo de España realizó sólo la de enviar a Buenos Aires dos barcos cargados con mercaderías adecuadas para el país. Y habiendo obtenido un permiso y una comisión con ese propósito, bajo su seguridad, regresamos a Guipúzcua, para hacer los preparativos de este viaje y poner nuestros asuntos en orden; los cuales despachamos tan bien, que en poco tiempo tuvimos un barco listo para hacerse a la vela, el cual ordenó que fuera comprado en Amsterdam y llevado al puerto desde donde partiríamos, siendo cargado en parte con mercaderías holandesas y con otras adquiridas en Bayona, San Sebastián y Bilbao, compradas al por mayor y a nuestro riesgo, en cuyo negocio fui empleado, habiéndome encargado de la comisión de .
Durante estos preparativos y mientras esperábamos el despacho del permiso que le había sido prometido por el Consejo de España, sucedió que el ,
