Argentina y Conquista del Río de la Plata

con otros acaecimientos de los reinos del Perú, Tucumán y el Estado del Brasil

Al fin a a ques tas da mas el Te nien te

las pren de y les to sus con fe sio nes

des pués to do se hi zo bue na men te

aun que hu bo de es te ca so in for ma cio nes

al tris te sin o re ja mal pa cien te

le die ron por con cier to diez ra cio nes

De a un men te ca to que mu je res

po an mu cho más que los ha be res

Es tan to su po der y ma ña fuer te

que to do el mun do tie nen ya ren di do

pro cu ran de to mar pri me ra suer te

a su gus to del bien más co no ci do

ham bre ni des ven tu ra ni la muer te

con tras tar su po der nun ca han po di do

Mi rad lo que en la is la pa de cie ron

y al fin to das con vi da es ca bu lle ron

Es cier to de no tar su gran ven tu ra

con ser un bil ser tan im per fec to

Cuan to hoy tie ne cria do la na tu ra

las mu je res lo tie nen muy su je to

De cid no es de llo rar tal des ven tu ra

que rin dan las mu je res al per fec to

al sa bio al ne cio al po bre y al que es ri co

al Rey y ca ba lle ro y pas tor ci co

Al fin, a aquestas damas el Teniente

las prende, y les tomó sus confesiones;

después todo se hizo buenamente,

aunque hubo de este caso informaciones;

al triste sin oreja mal paciente

le dieron por concierto diez raciones.

Decía un mentecato que mujeres

podían mucho más que los haberes.

Es tanto su poder y maña fuerte,

que todo el mundo tienen ya rendido,

procuran de tomar primera suerte

a su gusto del bien más conocido;

hambre, ni desventura, ni la muerte

contrastar su poder nunca han podido.

Mirad lo que en la isla padecieron,

y al fin todas con vida escabulleron.

Es cierto de notar su gran ventura

con ser un débil ser tan imperfecto.

Cuanto hoy tiene criado la natura,

las mujeres lo tienen muy sujeto.

Decid, no es de llorar tal desventura,

que rindan las mujeres al perfecto,

al sabio, al necio, al pobre y al que es rico,

al Rey y caballero y pastorcico.

Al fin, a aquestas damas el teniente

Las prende, y les tomo sus confesiones:

Despues todo se hizo buenamente,

Aunque hubo de este caso informaciones:

Al triste sin oreja mal paciente

Le dieron por concierto diez raciones.

Decia un mentecato, que mugeres

Podian mucho mas que los haberes.

Es tanto su poder y maña fuerte,

Que todo el mundo tienen ya rendido,

Procuran de tomar primera suerte

A su gusto del bien mas conocido:

Hambre, ni desventura, ni la muerte

Contrastar su poder nunca han podido.

Mirad lo que en la isla padecieron,

Y al fin todas con vida escabulleron.

Es cierto de notar su gran ventura

Con ser un débil ser tan imperfecto:

Cuanto hoy tiene criado la natura,

Las mugeres lo tienen muy sujeto.

Decid, no es de llorar tal desventura,

Que rindan las mugeres al perfecto,

Al sábio, al necio, al pobre y al que es rico,

Al Rey, y caballero y pastorcico.

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2024 Argentina y Conquista del Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0