Tam bién los vie jos cla man sus pi ran do
los mo zos a llí mi ran ha cia el cie lo
las da mas y don ce llas la men tan do
cu brí an con sus lá gri mas el sue lo
los tier nos mu cha chue los so llo zan do
pu bli can su do lor y des con sue lo
por es to fue Can dish des ba ra ta do
que el jus to nun ca fue de sam pa ra do
Al co ra zón hu mil de y do lo ro so
en vuel to en con tri ción nun ca a bo rre ce
el Al to y al que ve me nes te ro so
de su so co rro bien le fa vo re ce
Pues quién no ha bí a de es tar a llí llo ro so
en San tos do la cau sa tan to cre ce
con ro bos des truc ción y cau ti ve rio
fla gi cios ti ra ní as im pro pe rio
Por mis o jos yo vi de a po cos dí as
a San tos con su is la que ro ba da
por es te Can dish fue y las va cí as
y po bres ca sas gen te las ti ma da
me da ban a en ten der por mu chas ví as
a que lla ti ra ní a ce le bra da
a llí con tra dos pue blos lu si ta nos
cuan do de e llos triun fa ron lu te ra nos
También los viejos claman suspirando,
los mozos allí miran hacia el cielo;
las damas y doncellas lamentando
cubrían con sus lágrimas el suelo;
los tiernos muchachuelos sollozando
publican su dolor y desconsuelo;
por esto fue Candish desbaratado,
que el justo nunca fue desamparado.
Al corazón humilde y doloroso,
envuelto en contrición, nunca aborrece
el Alto; y al que ve menesteroso
de su socorro, bien le favorece.
Pues ¿quién no había de estar allí lloroso
en Santos, do la causa tanto crece
con robos, destrucción y cautiverio,
flagicios, tiranías, improperio?
Por mis ojos yo vi, de a pocos días,
a Santos, con su isla, que robada
por este Candish fue, y las vacías
y pobres casas, gente lastimada,
me daban a entender por muchas vías
aquella tiranía celebrada
allí, contra dos pueblos lusitanos,
cuando de ellos triunfaron luteranos.
Tambien los viejos claman, suspirando,
Los mozos allí miran hácia el cielo,
Las damas y doncellas lamentando,
Cubrian con sus lágrimas el suelo:
Los tiernos machachuelos sollozando,
Publican su dolor y desconsuelo,
Por esto fué desbaratado:
Que el justo nunca fué desamparado.
Al corazon humilde y doloroso,
Envuelto en contricion, nunca aborrece
El Alto; y al que vé menesteroso
De su socorro, bien le favorece:
Pues ¿quien no habia de estar allí lloroso
En Santos, do la causa tanto crece
Con robos, destruccion y cautiverio,
Flagicios, tiranias, improperio?
Por mis ojos yo ví, de a pocos dias,
A Santos, con su isla, que robada
Por este fué, y las vacias
Y pobres casas, gente lastimada,
Me daban a entender por muchas vias
Aquella tiranía celebrada
Allí, contra dos pueblos lusitanos,
Cuando de ellos triunfaron luteranos.