Viaje al Río de la Plata

cabo el pillaje como suele ser de práctica en tales malones.

En seguida volvimos á bajar adonde estaba nuestro capitán Aluiso Capessa de Bacha, quien quedó muy contento con esto que habíamos hecho. Después de lo cual, en vista de que la más de la gente nuestra se hallaba enferma, y que le tenía poca ley al capitán general, comprendió él con esto que no remediaría nada con ellos; así pues dispuso, é hizo que preparasen los navios y juntos navegaron de allí aguas abajo del Paraboe y llegaron á la ciudad Nostra Singnora de Sunsión, donde nosotros más antes habíamos dejado á los otros Cristianos.

Allí se enfermó nuestro capitán general de fiebre y se estuvo 14 días metido en su casa: era más por pretexto, y por darse importancia, y no tanto por enfermedad, que no se comunicaba con la gente, pero se había portado con ella de una manera muy impropia; porque un señor ó capitán que pretende gobernar un país ha de dar buena salida á todos, á los más chicos como á los más grandes, y mostrarse bien inclinado á todos los hombres.

Iten más, á tal persona le ha de convenir que él se porte y obre según y como ha de ser él acatado y respetado, ser más discreto y saber más que los otros que él manda; porque sienta mal y es bochornoso que un hombre acreciente honores y no

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2024 Viaje al Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0