nosotros; pero nosotros en tal apuro no teníamos más amparo que un bosque grande y cuatro arcabuces junto con 20 (60) Indios de los Caríos, que nos habíamos traído de la ciudad Nostra Singnora de Sunssión; así, pues, nos sostuvimos allí unos 4 días con sus noches, en que nos hacíamos continuas descargas, y en la cuarta noche con todo sigilo abandonamos el bosque y marchamos de allí, porque no teníamos mucho que comer, y los enemigos también empezaban a llevarnos ventaja; como dice el refrán: porque son muchos los perros muere la liebre.
De allí marchamos nosotros 6 días seguidos por bosques desamparados, como que en mis días (y eso que he andado la seca y la meca) no he visto iguales, ni he viajado por camino más enmarañado; tampoco teníamos que comer, y por eso había que remediarnos con miel y raicecillas que encontrábamos; también se apoderó de nosotros desconfianza de que el enemigo nos alcanzase, si nos permitíamos aunque no fuese más que el tiempo para cazar alguna salvagina del campo.
Así llegamos a una nación llamada Biessaie(Mbiaçá), allí paramos 4 días largos e hicimos bastimento, mas no nos atrevimos a entrar en el pueblo, siendo nosotros los pocos que éramos. Cerca de esta nación está un agua (río) llamado Urquaie(Uruguay); allí vimos víboras o ser-