que ha encontrado, sea mucha su extensión o profundidad, y aunque cruce por la que otro haya excavado cerca. Todo lo que el Rey se reserva para sí, además de los derechos de que hablaremos después, es el de dar una reglamentación general por medio de sus oficiales, para todo el trabajo de las minas, y disponer el número de salvajes que se emplearán en ellas, para prevenir los desórdenes que se producirían si cada propietario de mina tuviera libertad para hacer trabajar tantos como quisiera, lo que con frecuencia daría ocasión para que aquellos que son más poderosos y ricos los aumentaran y tuvieran tan elevado número de salvajes que quedarían pocos o ninguno para que los emplearan los otros para mantener en marcha su trabajo. Porque esto estaría en contra de los intereses del Rey, que están en proveer para que haya suficiente número de esclavos para todas las minas que se abran. Con este fin obliga a todos los o jefes de los a proporcionar un cierto número, que siempre deben conservar completo o de lo contrario están obligados a entregar dos veces la cantidad de dinero que se les habría pagado por su trabajo a aquellos que faltan.Los destinados a las minas de Potosí
Relación de un viaje al Río de la Plata
y de allí por tierra al Perú con observaciones sobre los habitantes, sean indios o españoles, las ciudades, el comercio, la fertilidad y las riquezas de esta parte de América