Relación de un viaje al Río de la Plata

y de allí por tierra al Perú con observaciones sobre los habitantes, sean indios o españoles, las ciudades, el comercio, la fertilidad y las riquezas de esta parte de América

por lo tanto, aunque el agua que encontramos allí tenía muy mal sabor y era de mala calidad, lo que hace que los que la beben sufran de cólicos, nos vimos necesitados sin embargo a llenar nuestros barriles con ella: y a aquellos de nuestros hombres que fueron a buscarla de la roca de la cual brotaba, les sucedió un accidente bastante infeliz; porque habiéndose desvestido hasta casi quedar desnudos para trabajar con más comodidad, el calor del sol los quemó tan intensamente que les puso el cuerpo totalmente rojo y después aquellas partes sobre las cuales el sol alcanzó con sus rayos con la mayor violencia, se llenaron de bubas y pústulas, las que eran muy molestas y los tuvieron muy incómodos durante una quincena.

Yo desembarqué para ver la isla, que tiene alrededor de una legua y media de circunferencia y está deshabitada. Uno de nuestros pilotos me dijo que los holandeses la poseyeron mientras fueron dueños de Pernambuco, en el Brasil, y que tenían allí un pequeño fuerte, del cual quedan todavía algunos restos; que sembraban mijo y frijoles, de los cuales tenían una cosecha mediana y que criaban muchas aves, cabras y cerdos. Vimos una gran cantidad de pájaros de los cuales algunos eran buenos para comer. Permanecimos allí cuatro días; pero cuando vimos que el holandés no estaría pronto en condiciones de continuar

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  • 2024 Relación de un viaje al Río de la Plata. ISSN 1668-0001. CC BY 4.0